Las mujeres Ybarra, nido y nudo

De un arraigado linaje, una vida exitosa y un extenso árbol genealógico. Y de una idea visionaria de transmitirlo, este libro.

Un día, Juan Ybarra Mendaro, concibe la idea de contar la historia de su familia a través de sus mujeres y le propone el reto a Clara Zamora, quien lo acepta con prudencia y se embarca en la odisea de recabar toda la información y hacer realidad la publicación de Las mujeres Ybarra, nido y nudo. Se convierten así en pioneros en España en contarlo de este modo y coincidiendo con el segundo centenario del nacimiento del I Conde de Ybarra, José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes, salió a la luz el año pasado esta obra, que nos permite ahondar en la historia más desconocida de esta dinastía a través de sus mujeres.

Casi un año de trabajo minucioso y de contactar con todas las ramas de la familia han permitido a su autora contar con los suficientes testimonios y darles forma a través de diecinueve biografías que abarcan cinco generaciones. “Ha sido un trabajo muy intenso y laborioso” nos explicaba al respecto y reconocía haber contado con la absoluta colaboración de la familia y estar muy contenta con el resultado. Como ella dice, “siempre poniendo mucho afecto y mucha delicadeza” ha sido posible concebir este “documento que recoge las costumbres y formas de vida de la mujer española de una clase social acomodada”. Un libro que sienta las bases para futuras generaciones y que, como corresponde a una profesional de la talla de Clara Zamora –Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, con doble licenciatura en Periodismo y en Geografía e Historia-, ha sido escrito con “rigor, nobleza y entusiasmo”. –

Inmerso en una audaz metáfora, el título del libro hace referencia a la semilla (nido) en la que nacen todos los Ybarra y la transmisión de valores recibidos (nudo), que van constituyendo las distintas ramas del árbol de una familia educada, como nos explicaba Clara, en valores tradicionales y siempre bajo la moral cristiana. Es así como fiel a la idiosincrasia de una familia como la de los Ybarra, Zamora pone en nuestras manos una obra elegante, visualmente organizada y atractiva, escrita bajo unos claros parámetros de coherencia, equilibrio y precisión, como explica ella en la presentación.

Las elegidas han sido ellas, las consortes que dieron descendencia a un linaje en el que “la familia era el pilar de sus vidas”, nos decía Clara. A través de las biografías se acude a la evolución de la figura de la mujer desde finales del siglo XIX, educadas y criadas en la moral cristiana y vistas bajo el contexto social y cultural de la época. Portadoras de una base existencial férrea, las mujeres Ybarra han aportado la estabilidad emocional a lo largo de las distintas generaciones y eso ha permitido el éxito y la efectividad laboral de la familia.

El libro empieza con la mujer que cambió el destino de esta dinastía, la sevillana María Dolores González Álvarez, mujer de José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes, I conde de Ybarra, que llegó a Sevilla desde el norte de España huyendo del general Espartero. Fue así como el destino quiso que desde la capital andaluza comenzaran a crecer las ramas de este extenso árbol genealógico. Y no sólo cambió el devenir del linaje, sino de la propia ciudad, ya que fue el I Conde de Ybarra quien, entre otras cosas, constituyó junto al catalán Narciso Bonaplata la Feria de Sevilla.

Luego hay otras, como María del Perpetuo Socorro Hidalgo Enrile, mujer de Eduardo Ybarra Osborne y primera que nace en el siglo XX, a través de la cual la autora refleja la evolución de la mujer en el cambio de siglo y la transformación de valores a raíz de la influencia del capitalismo. Es una mujer que, como nos contaba Clara, “empieza a preocuparse más por su estética, a tener un ocio diferente”.

Y también hay alguna que otra predilección para su autora, probablemente porque como dice: “es un poco distinta a todas”. Se trata de la IV condesa de Ybarra, María Josefa Mendaro Romero y madre de quien ideó la obra.

Andaluzas o no, desde la primera hasta la última, todas ellas han jugado un papel esencial dentro de esta exitosa estirpe. Y con el pasar de las generaciones, los apellidos se han ido entrelazando con otras casas de la alta sociedad andaluza y española, como los Fernández de Córdoba, Falcó, Lasso de la Vega, Osborne, Dávila, Medina, Oriol, Domecq o Parladé.

Si bien el libro empieza con el prólogo de Javier Ybarra Ybarra, a quien la escritora agradece “el compromiso incondicional con su linaje, su alegría, aliento y generosidad”. El colofón final lo pone un extenso árbol genealógico que recoge más de 1.500 personas, desde los primeros Ybarra hasta los bebés.

Las mujeres Ybarra, nido y nudo constituye, como Clara Ybarra vislumbra, un rico documento de gran valor al que si en la actualidad no lo obtiene, “el tiempo le dará el sitio que merece”. Y ella hace entrega del mismo, con la intención de que las nuevas generaciones de la familia “tuvieran para siempre el referente de quiénes son y de dónde vienen, preguntas clave para andar por este mundo con paso firme”.

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