RONDA, la ciudad de los sueños
“¿Dónde aquel embeleso, aquella ansia de ciudad típica andaluza, de mejor pueblo, aquella seguridad para después, aquel tiempo detenido? Esta es, aquí está Ronda, Serranía de Ronda.”
“Ronda alta y honda, rotunda, profunda, redonda y alta…”.Juan Ramón Jiménez.
Así es como el poeta Juan Ramón Jiménez inmortalizó el esplendor de Ronda, una ciudad que ha inspirado a grandes figuras como José María Pemán, Federico García Lorca, Alberti e incluso Hemingway, quienes han tejido palabras de afecto en su honor.
Ronda, una de las joyas más deslumbrantes del sur de Europa, es conocida por muchos como la ciudad de los sueños. Para algunos, es un destino romántico, para otros, una tierra que evoca la época de los bandoleros. Y para los amantes de la tauromaquia, Ronda es la cuna del toreo.
Cualquier visita que se precie a Ronda, debe comenzar por un paseo, dejarnos perder por sus callejuelas y que la propia ciudad te conduzca por sus orígenes.
Como punto de partida, el imponente Tajo de Ronda, nombre popular del Puente Nuevo que se erige como un símbolo de la naturaleza. Con más de dos siglos de historia y una altura de cien metros, este puente conecta la antigua medina con la ciudad más moderna. Desde sus alturas, todo aquel que desafíe el vértigo, puede deleitarse con espectaculares vistas a la sierra circundante, tanto desde el propio puente, como desde cualquier ventana de las pequeñas casas que se asoman al precipicio.
Aún se conservan las murallas y puertas más importantes que daban entrada a la ciudad. Junto a las primeras, se encuentra la iglesia del Espíritu Santo, erigida tras la llegada de los Reyes Católicos. Según la leyenda, en su interior se guarda una losa de mármol con la marca de la huella de la herradura del caballo de Fernando el Católico, cuando entró triunfante en Ronda. La narrativa cuenta también que, como artimaña para confundir al enemigo durante la conquista, el Rey ordenó cambiar las herraduras de todos los caballos, haciendo creer a los musulmanes que el ejército cristiano huía. Este ingenioso engaño le permitió tomar la ciudad. [MOU1] La subida al campanario de la iglesia merece la pena.
Cerca, está la Plaza Duquesa de Parcent, una de las plazas más emblemáticas donde se encuentra el Ayuntamiento, el santuario de María Auxiliadora y el convento de las Clarisas. También La Real Colegiata de Santa María la Mayor, que se construyó en más de dos siglos y fusiona los estilos gótico, renacentista y barroco.
La arquitectura civil rondeña se muestra en casas solariegas y palacetes. Los palacios de Mondragón y del Marqués de Salvatierra, y la Casa del Moro son algunos de los ejemplos. El primero de los palacios ha sido durante siglos residencia de los reyes musulmanes y cristianos, convertido hoy en el Museo Arqueológico. La Casa del Rey Moro está declarada como jardín artístico por sus jardines colgantes. El Museo Lara, el Centro de Interpretación del Vino o el Museo del Bandolero, donde se narran las románticas y trágicas historias de personajes como El Tragabuches, El Tempranillo o El Pernales, son otras visitas recomendables. El arco de Felipe V que te guiará hasta Los Baños Árabes, que muestra de la influencia musulmana en la ciudad y son un recordatorio de su rico pasado.
Y, sin duda alguna, visita La Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda (siglo XVIII), conocida por ser una de las plazas de toros más antiguas y monumentales de España. Se inauguró con una corrida de Pedro Romero. Junto a ella, Ronda recuerda con dos monumentos al cineasta Orson Welles y al escritor Ernest Hemingway ya que mantuvieron una gran vinculación con la ciudad del Tajo.
Entre sus miradores, el de los viajeros enamorados. Este mirador fue destino de los viajeros románticos que emprendían el camino del Grand Tour en busca de lo auténtico, entre los que encontramos a W. Irving, Edmond Boissier o Lady Tenison.
El Paladar de Ronda
La gastronomía rondeña es un deleite para los sentidos, que captura a la perfección la esencia de esta región. Sus bares y restaurantes locales ofrecen una experiencia culinaria única, donde saborear la auténtica cocina andaluza en todo su esplendor. Los platos más emblemáticos y tradicionales de la zona van desde el tentador rabo de toro, hasta la exquisita trucha a la rondeña, pasando por las reconfortantes migas o recetas con conejo o perdiz. No te puedes perder la sopa de castañas, elaborada con los frutos de los abundantes castaños que adornan la Serranía de Ronda. Y como broche de oro, no puedes dejar de probar las delicias de la repostería conventual como las irresistibles «yemas del Tajo» o los exquisitos «dulces de las monjas».
Como recomendaciones, dos de los proyectos del chef Benito Gómez: El Restaurante Tragatá, de cocina local y andaluza, y el proyecto gastronómico Bardal, con dos estrellas Michelín. Para quienes buscan sabores tradicionales y caseros, el Restaurante Puerta Grande es una opción imprescindible por sus platos auténticos que reflejan la rica herencia culinaria de la región.
Tierra de Bodegas
Dentro de la Ruta del Vino Ronda y Málaga, la Serranía de Ronda es uno de los ámbitos que forman parte de la zona de producción con D.O de vinos de Málaga. Entre sus bodegas destacan la Bodega Descalzos Viejos, desde donde se puede observar gran parte de la Hoya del Tajo. Su nombre es un homenaje a los monjes que vivieron en el viejo convento trinitario y el Generalife que se ubican en la propia finca. Su producción es pequeña y sus vinos son ricos y potentes”. La Bodega Samsara deleita los paladares con la fusión de variedades españolas y francesas en cada sorbo. La legendaria Bodega Friedrich Schatz, una auténtica pionera en la vinicultura orgánica desde su fundación en 1982. Bodega La Melonera, situada en un hermoso prado de robles centenarios en la Serranía de Ronda, a 2 kilómetros de Acinipo, la antigua ciudad romana. Bodega Joaquín Fernández en la que se cultivan cuatro variedades de uva: Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Garnacha. Estas últimas bodegas ofrecen entre sus cepas una combinación de variedades locales y extranjeras. Además, en algunos de los casos, trabajan a través de la biodinámica y de la permacultura demostrando así su compromiso con la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza que les rodea.