FUNDACIÓN ALALÁ, 10 AÑOS DE COMPÁS, CULTURA Y CAMBIO

Alalá significa “alegría” en caló y eso es justamente lo que uno ve cuando se acerca al trabajo de la Fundación que lleva ese nombre en sus centros de Sevilla y Jerez.

El guitarrista Emilio Fernández de los Santos, más conocido como Caracafé, quiso enseñar a los niños de su barrio, las Tres Mil Viviendas de Sevilla, a tocar. Así nació la semilla de lo que hoy es la Fundación Alalá, un proyecto con una misión ambiciosa: “trabajar para y por la integración social de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social a través de la educación, la cultura y el deporte”, nos cuenta su directora Blanca Parejo.

Desde entonces han pasado 10 años, y hoy más de 400 niños, jóvenes y adultos, forman parte de esta gran familia. La Fundación se ha convertido en un referente en el desarrollo de proyectos de integración social, con un enfoque que combina arte, formación y valores. Flamenco, teatro, artes plásticas, costura, fútbol, … clases que buscan potenciar el talento de sus alumnos y acompañarlos en su crecimiento personal y académico gracias a becas artísticas, como las becas Caracafé-Fundación Cristina Hereen.

En el terreno educativo trabajan coco a codo con familias y escuelas para reducir el absentismo escolar y fomentar la formación reglada. Gracias a acuerdos como el que tienen con la de la Universidad Loyola, un total de 24 alumnos se han beneficiado o están cursando esta beca en su 9 edición con la oportunidad de mejorar sus vidas de manera real cursar allí sus estudios universitarios. Cuentan también con el programa Atalanta, de atención socioeducativa y ayuda directa a familias necesitadas de atención básica, apoyando de manera integral a los niños y sus familias, especialmente en situaciones de especial vulnerabilidad. Mentorías, acompañamiento para el empleo y cobertura de sus necesidades básica se suman a su propuesta educativa, gracias a la colaboración con empresas comprometidas.

La Fundación Alalá apuesta por la autoestima y la identidad. “Aquí aprenden a confiar en sí mismos”, dice Blanca. Su compromiso y su enfoque integral demuestran que es posible construir un futuro mejor y más esperanzador. Este proyecto pretende ser un faro de esperanza para jóvenes en situación de vulnerabilidad en Sevilla y Jerez. La colaboración entre el sector privado y las ONGs es un camino poderoso para marcar una diferencia real en la sociedad.

Y su éxito no sería posible sin las empresas que les apoyan, sin un equipo de profesionales con alma y sin el apoyo de grandes figuras del arte y la cultura, que prestan su talento, su voz y sus guitarras para tender puentes entre los niños de Alalá y el mundo profesional. Subir a un escenario con Alejandro Sanz o con la cantaora Esperanza Fernández o compartir una tarde el director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo son una parte fundamental de la motivación para estos niños.

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