Bodegas CAYETANO DEL PINO

Cayetano del Pino y Cía es la tradición bodeguera de Jerez. La viva estampa del esplendor y las idas y venidas de un destino reconducido y encumbrado de nuevo al olimpo de los vinos con solera.
La bodega jerezana fue fundada a finales del siglo XIX por el joven y ávido emprendedor Cayetano del Pino Vázquez, tras asociarse con Alberto Romero y Manuel de la Calzada. De origen cordobés y siendo ya viajante de Antón Pericón, se trasladó a Jerez para abordar su carrera empresarial. Una vez fundada la firma, es a partir de su traslado a calle Armas de Santiago 13 cuando se revela su floreciente actividad como sociedad extractora y exportadora. Las distintas bodegas que acaparaba entonces, entre las que destaca San Bernabé, San Vicente, Rosario y Santísima Trinidad daban trabajo en torno a 150 trabajadores, a los que se sumaba el equipo de comerciales dentro y fuera del país y la sucursal de París.


A lo largo de su historia, Cayetano del Pino y Cía ha lanzado al mercado numerosas especialidades, tales como las manzanillas Manolito el Espartero y El Litri, los amontillados Viva Sevilla, Adela Carta Dorada y Azul, Capitolio y Pretoriano, el Xerez Cristal Ladies, los aguardientes Cartujo y el Guacamayo, el vermouth champagne Santa Elena y el aperitivo Monja-Quina.


La calidad de sus marcas y la presencia en el mercado exterior se han visto premiadas a lo largo de su trayectoria, con el reconocimiento en numerosos certámenes: Medalla de Bronce en Chicago (1893), Medalla de Oro en Filipinas (1895), Medalla de Oro en Egipto (1901), Medalla de Oro en Córdoba (1905), Medalla de Oro en el International Wine Challenge (2014), Medalla de Plata en DWWA (2015), Medalla de Oro en CBI (2015), Top 100 de Vinos de España Premios (2015) y Medalla de Plata en CBI (2016).


Por su parte, buena parte del carácter de esta legendaria firma jerezana está impreso en sus bellas y peculiares etiquetas, cuyos diseños han despertado el interés de coleccionistas. En la actualidad siguen ocupando su merecido lugar en distintas especialidades de la casa, a fin de completar la historia de un etiquetado de gran valor de más de 100 años, y que será actualizado hasta completar la colección de más de 300.


El esplendor del negocio fue pasando por diferentes etapas y cuatro generaciones han ido gestionando la productividad de la bodega que, debido a la crisis, vio reducida parcialmente su actividad y dejó de vender a las bodegas y comercializar. Pero por fortuna la cronología de esta mítica bodega jerezana no acabó aquí y las circunstancias permitieron reactivar la actividad en 2017 con el lanzamiento del Palo Cortado 1/10. Así que hoy la firma comercializa éste, así como el Palo Cortado y el Amontillado Solera. Y tiene presencia en España, Japón y Reino Unido.
La actividad de la bodega que fue un referente a finales del siglo XIX está viviendo una nueva y renovada etapa, que se ve reflejado en el etiquetado de sus botellas y vaticina un futuro prometedor.

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