CARLOS DUCLÓS

La habilidad de Carlos Duclós consiste en hacer doblete. De esas circunstancias que salen de manera natural porque a su afición, se añade el desempeño diario de una profesión altamente técnica. Con su cámara colgada al cuello, este práctico del Puerto de Algeciras da rienda suelta a la pasión que siente por la fotografía desde siempre y nos permite estampas insólitas de la Bahía de Algeciras y de un puerto visto desde las entrañas.

Carlos es sevillano, pero tras treinta años de profesión primero como marino mercante, después como capitán y en los últimos diez años como práctico en el Puerto de Algeciras, se siente adoptado por esta tierra. “Ser práctico tiene unos momentos muy duros, pero tiene otros que compensan mucho y más en este puerto. Aquí puedes hacer maniobras con barcos de todas las nacionalidades, los más grandes del mundo”, nos explicaba Carlos, que a su vez valoraba el privilegio que le supone seguir en la punta de su profesión y poder dormir en casa.

Trabajar como práctico en el primer puerto del Mediterráneo “acelera mucho la experiencia”, reconocía Duclós, en lo que se refiere a llevar a la praxis todo los conocimientos técnicos en un entorno en el que tan solo el año pasado, según datos de la Autoridad Portuaria, se registraron 29.077 entradas de barcos. Lo que supone 80 barcos diarios.  Y en este “gigante que nunca duerme”, como lo calificaba Carlos, están los prácticos para controlar, gestionar y coordinar todas esas entradas y salidas.

Llegar a ser práctico no es tarea fácil. Una intensa carrera a base de experiencia y oposiciones donde tienes que demostrar ser el mejor y especializarte en el puerto donde se vaya a desarrollar tu actividad. Ese largo e importantísimo esfuerzo después tiene su recompensa, reconoce Carlos. “Nosotros lo que vendemos son conocimientos teóricos del puerto”, empezaba para explicarnos las funciones de los prácticos. Que dicho así parece sencillo. Carlos, al igual que sus compañeros, cada vez que llega un barco a la bahía son los responsables de llegar hasta él –merced a los caprichos de la meteorología- subir y en cuestión de cinco o diez minutos, conseguir que confíen en él. “Es una lucha técnica y psicológica, son unos momentos muy delicados y con muchísima responsabilidad. Entras en un barco y tienes que hacer a la tripulación tu equipo rápidamente, que vean que eres una persona que sabe lo que hace. Por eso demostrarles tus conocimientos, tu seguridad y tu templanza en los primeros momentos es muy importante”, nos explicaba Carlos. Y “el subidón”, como él lo define, viene cuando ya ha conseguido atracar un barco de los más grandes, todo ha salido bien y el capitán se lo agradece.

Por si fuera poco, la Corporación de Prácticos del Puerto Bahía de Algeciras, como sociedad independiente aunque supervisada por el Estado, el propio puerto y Capitanía Marítima, decidió hace ocho años de manera voluntaria sacarse el Certificado de Calidad, Riesgos Laborales y Medio Ambiente. “Vimos que era un momento importante para traspasar lo que nos pedía la norma y ahondar en el tema medioambiental, que nos preocupaba, y empezamos a tomar ciertas medidas”, nos contaba Carlos al respecto. Esta decisión hizo que cada práctico, además de su trabajo habitual, se hiciera responsable de un departamento determinado, que en el caso de Duclós es el de calidad y medio ambiente. La eficiencia en este sentido ha sido tal que actualmente son totalmente autosuficientes a nivel energético y de recursos y para garantizarlo, este mismo año han estrenado sede en un edificio nuevo e independiente.

El compromiso de la corporación es íntegro. “Somos la primera línea al frente de la seguridad en los puertos españoles, tenemos la obligación por ley de informar de cualquier deficiencia”, nos reiteraba Carlos.

Para este amante incondicional de la fotografía y sobresaliente especialista del Puerto de Algeciras uno de los aspectos más enriquecedores de su trabajo es tener la oportunidad de estar en contacto con distintas civilizaciones. Trabajar a diario en un puerto de tal magnitud, que él define como “una máquina impresionante de hacer riqueza”, rodeado de los mejores profesionales y sus servicios es un lujo. Y él con su objetivo cautiva la mirada de miles de seguidores en las redes, mostrando esas instantáneas rebosantes de contrastes, color y perspectiva profesional. “Soy un privilegiado, veo cosas tan maravillosas, tan interesantes y a la vez tan desconocidas, que creo que tengo casi la obligación de enseñárselas al mundo”.

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