Gibraltar, donde el Mediterráneo se abre al mundo

Según la mitología griega, hubo un día donde Hércules separó dos promontorios: de una parte, Marruecos y su Jebel Musa, y por otra parte Gibraltar, creando así las puertas del Estrecho de Gibraltar, punto de unión del Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo.

El Peñón de Gibraltar es único, en tan solo 7 kilómetros cuadrados se crea un estilo de vida multicultural único que surge entre sus más de 33.000 habitantes de distintas nacionalidades como la británica, la española, la hindú o la pakistaní, mezcladas con diferentes religiones como la judía, musulmana y católica, entre otras.

Su dialecto spanglish une, con todo el arte, en una sola frase un perfecto acento británico con el más puro acento andaluz. Los llanitos, como son popularmente conocidos los gibraltareños, tienen un carácter afable y abierto.

Nada más cruzar la frontera y pisar su suelo da la sensación de estar en otro país. La panorámica formada por su gente, sus vehículos, el diseño, la gastronomía, los letreros de las calles, incluso la nube de levante que a menudo cubre el peñón, crean un ambiente muy genuino en el que se percibe ese trocito de alma inglesa que tanto esconde.

Gibraltar ofrece experiencias para todos los gustos. Para quienes aman la naturaleza, uno de los mejores planes es visitar La Reserva Natural de Gibraltar, que es sin duda el atractivo turístico más importante de la zona ya que es el único punto de Europa donde viven monos en libertad, ¡unos trescientos ejemplares! Es importante tener en cuenta que son animales salvajes y no conviene acercarse demasiado a ellos, ni darles comida. Nada mejor que observarlos en libertad.

Muy recomendable es también el teleférico, al que se accede en Red Sands Road. Una vez allí, hay que tomarse el tiempo para disfrutar de unas vistas espectaculares, que abarcan dos continentes, Europa y África, y tres países: España, Gran Bretaña.

El descenso se puede hacer por el Mirador de Cristal, construido sobre una plataforma antiaérea que data de la II Guerra Mundial y por el Puente Colgante de Windsor, de 71 metros de altitud. Imprescindible es también la visita al Castillo de los moros y, por supuesto, St. Michael’s Cave, una auténtica joya de la naturaleza repleta de estalactitas y estalagmitas. Aunque durante la II Guerra Mundial fue acondicionada como hospital militar, hoy día sirve como espacio para conciertos y celebraciones. La experiencia de entrar en la cueva acompañado de los sonidos y juego de luces convierten la visita en una experiencia inolvidable.

Una curiosidad: la roca está repleta de túneles. Alrededor de 52 kilómetros que recorren el interior del peñón. Éstos fueron excavados a mediados del siglo XVIII como estrategia de defensa durante el Gran Asedio: Gibraltar. Más tarde, durante la II Guerra Mundial, llegaron a conectar extremos de la roca de una manera casi imposible.

Para una visita más cultural, tomar como punto de partida Grand Casemates Square, es un buen comienzo. Se trata de antiguas barracas construidas por los británicos (1817) hoy día convertidas en terrazas que dan paso a Main Street, calle principal de la ciudad. Aquí comienzan a ser visibles los diferentes estilos arquitectónicos por los que ha pasado su historia a través de las ventanas y balcones. Las ventanas verdes y azules son estilo genovés, de mediados del siglo XVIII, cuando estos comerciantes italianos llegaron al peñón, y los balcones forjados de hierro, pura inspiración británica. Esta calle es la más comercial de Gibraltar y colmada de perfumerías, tiendas de electrónica y joyerías. Los precios están libres de impuestos por lo que suelen ser más competitivos que en España.

Gibraltar cuenta con distintos monumentos que conmemoran los hechos acaecidos en la Batalla de Trafalgar y, por otra parte, los hechos relacionados con la participación de Gran Bretaña en la II Guerra Mundial. Una parada indispensables es en la Catedral Católica de Santa María La Coronada, levantada sobre lo que fue la antigua mezquita, y el Museo Nacional de Gibraltar y Baños Moros, con una espléndida colección de artefactos de la historia de Gibraltar. También la Biblioteca de la Guarnición de Gibraltar, que sigue siendo a día de hoy la biblioteca de referencia, lugar de celebración de eventos y el cementerio de los judíos, entre otros.

Gibraltar tiene tres puertos deportivos que merece la pena visitar: el Ocean Village, es un moderno complejo deportivo repleto de pubs y restaurantes. El Marina Bay, con el casino nocturno y el Queensway Quay donde reina la elegancia y un centro social con estilo. Para

Para pasar un día en la playa, la Playa del Este es la más amplia, se ubica hacia el lado mediterráneo de la roca y junto a la pista de aterrizaje. También son  muy recomendables la playa Sandy Bay, conocida como la playa solitaria de arena naranja y Catalan Bay, “La Caleta”, que estuvo poblada por pescadores genoveses. Hoy en día las familias que viven en este pintoresco y colorido pueblo son mayoritariamente descendientes de los mismos pescadores.

En el lado Atlántico, se encuentra Camp Bay ‘El Quari’, antigua cantera desde donde se pueden disfrutar de unas espectaculares puestas de sol.

Y para terminar la visita, el Faro de Punta Europa, Europa point, que tiene una situación única y especial siendo la puerta de entrada al Mar Mediterráneo, desde donde se puede contemplar unos amaneceres y atardeceres únicos en el mundo. Aquí también se encuentra la Mezquita Ibrahim al Ibrahim, hermoso ejemplo de arquitectura musulmana que atiende a la población musulmana de Gibraltar, su iluminación nocturna es impresionante. Toda la información para organizar tu visita a Gibraltar se encuentra en  https://www.visitgibraltar.gi/

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