Lina, historia y revolución de la moda flamenca

Lina es la firma de moda flamenca sevillana que sigue marcando tendencias después de seis décadas en el mundo del flamenco, en particular, y en el de la moda en general. Una firma cargada de historia desde que sus fundadores, Marcelina Fernández y Francisco Montero, crearon su pequeño taller en el año 1960 al darse el sí quiero y que ya va por su segunda generación.

Hoy son dos de sus hijas quienes dirigen y supervisan todo el trabajo de la marca. Rocío Montero, es la encargada de todo el proceso creativo de principio a fin y su hermana, Mila, aporta el ojo crítico para componer la imagen que quieren transmitir en cada colección.

Lina camina hacia el futuro con paso seguro y bajo los firmes cimientos que construyeron sus fundadores. A nadie le extraña que la popularidad de la casa haya crecido, sus colecciones son artesanía de lujo marca Andalucía. Rocío y Mila son un ejemplo de dedicación a su profesión y unas auténticas enamoradas de su trabajo.  

De Grace de Mónaco a Rosalía

En sus inicios, el boca a boca tuvo mucho que ver en el crecimiento y consolidación de la firma. En el año 1966 el ayuntamiento de Sevilla invitó a Grace de Mónaco a la Feria y fue el propio ayuntamiento quien les encargó el traje para la princesa. “Contaba que la llamaron del Ayuntamiento en plena feria, estando hasta arriba de trabajo. Fueron a tomarle las medidas cuando salía de los toros y, al día siguiente, a las 12 del mediodía ya estaba la princesa vestida”, nos comenta Mila. “Un traje blanco con tiras perforadas en rosa, que dio la vuelta al mundo, y que sigue siendo hoy un icono de nuestra firma. Para mi madre fue un sueño poder hacerlo” añade Rocío.

Más tarde vistió también a la Reina Sofía cuando, siendo todavía princesa, visitó la Feria de Abril. En esa época crecen los encargos de todo tipo para cine, para espectáculos flamencos, teatro o canción. Lina viste a las artistas más importantes como Lola Flores, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Marisol o Carmen Sevilla, entre otras muchas, y también a la aristocracia.

En el año 2022 la firma fue la encargada de realizar la bata de cola de 12 metros que lució Rosalía durante su gira mundial “Motomami”. “Fue todo un reto hacer una bata de cola de doce metros de largo que se viera proporcionada en el escenario, pero fue una experiencia maravillosa. Nos encantó el trato con ella y todo su equipo, que a pesar de ser jóvenes son muy profesionales” señala Rocío.

Por el taller han pasado, y lo siguen haciendo, figuras como Jean Paul Gaultier, John Galiano, Giambattista Valli, entre otras. El año pasado, cuando se celebró el desfile de Dior en Sevilla, recibieron la visita de Stephen Jones, el sombrerero de la famosa firma francesa. Y es que toda persona ilustre en el mundo de la moda que visita Sevilla quiere conocer el taller de Lina.

Marcando el paso de la moda flamenca

Desde sus orígenes Lina creó tendencia en la moda flamenca, introduciendo innumerables cambios en los trajes: cerrar la sisa, bajar el largo del traje hasta el tobillo, incorporar el matoncillo, el tiro bajo… La innovación siempre fue un sello de la firma. Y “ese espíritu de trabajo, de superación y la curiosidad de descubrir nuevos materiales y nuevos procedimientos para lograr una expresión más elevada y rica de nuestra cultura sigue estando intacto”, comenta Mila.  

Pero Lina es mucho más que sus aportaciones, diseño y calidad, la firma ha hecho de la artesanía su propio sello. Todos sus trajes salen del taller en un proceso completamente artesano, hecho a medida, con un trabajo muy cuidado y un estilo único que hace que sus trajes sean inconfundibles.

La segunda generación: tradición e innovación

De la firma se ocupan hoy Rocío y Mila, la hija mayor y la hija menor de los seis que tuvo el matrimonio. Rocío estudió Diseño y Bellas Artes, de siempre le gustó hacer trajes, y compaginó su colaboración en el taller con sus estudios. Es desde hace más de una década la Directora Creativa de Lina y como tal preserva los valores artesanales de la casa a los que les ha puesto su propia impronta. Su fuente de inspiración son Sevilla, la música y la naturaleza.

Mila, que estudió Turismo, se incorporó al negocio cuando terminó la carrera. Hoy es la Directora Ejecutiva y autora de la renovación de la imagen de la firma, que acaba de cambiar hace un año su sede, ahora en la Calle Álvarez Quintero. “Rocío está en el taller haciendo lo que hacía mi madre, que era diseñar y hacer trajes, y yo en la tienda, haciendo lo que hacía mi padre”, puntualiza Mila.

Conscientes de ser la segunda generación de una firma familiar con mucha historia, trabajan duro para preservar como un tesoro de valor incalculable el traje regional andaluz, combinándolo con el reto de la internacionalización de la firma y convertir la moda flamenca en una tendencia que no conozca fronteras. El objetivo hoy es consolidar Lina como la marca de referencia de la cultura del Sur de España. Y ya han celebrado su primer desfile fuera de España, invitadas por el Instituto Cervantes en Nápoles, pudieron mostrar su trabajo a los alumnos de diseño de la escuela de moda más importante del sur de Italia.

Nueva etapa, misma seña de identidad

Aunque los trajes de flamenca siguen siendo el sello de la casa, Lina ha creado una nueva colección que muestra la transición de la firma desde las piezas más representativas, con vestidos de flamenca, a piezas de fiesta, que también se pueden llevar en el día a día, con un fuerte sello andaluz. 

La casa siempre había trabajado esta línea de forma puntual con algunas de sus clientas ha creado esta nueva colección, que muestra diseños clásicos y atemporales combinados con las tendencias más actuales. Una colección cargada de “personalidad, elegancia y algo muy característico de la firma, como es su movimiento” apunta Rocío, con unos criterios muy claros a la hora de incorporar complementos para que vaya todo acorde con el estilo de sus trajes.

En esta nueva etapa la firma propone una nueva línea de ropa conectada a sus raíces y que mira hacia el futuro, poniendo siempre el valor la cultura andaluza para una mujer elegante, con personalidad, distinguida que se siente segura con lo que lleva.

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