Club Hípico MOLINO DE FUEGO

El Club Hípico Molino de Fuego en la Estación de San Roque es casi un lugar de culto al caballo. Una finca con historia y alma que en la actualidad atraviesa una incipiente etapa de renovación y desarrollo halagüeño.


El respeto y amor por la raza equina se palpa en cada detalle. Desde finales de 2017 la finca empezó a ser protagonista de un intenso trabajo de remodelación de las instalaciones ya existentes, para reconvertirlas en lo que es actualmente. Un club dotado de inmejorables instalaciones, donde el toque de confort se aprecia en cada rincón. Sus nuevos propietarios lo tenían claro desde el principio. El club debía ser un lugar donde los caballos viviesen en las mejores condiciones y bajo cuidados intensivos. El lugar ideal para aprender equitación y formar parte de una gran familia que ama la naturaleza, el deporte y la vida sana.

La finca data de principios del siglo XX y en la mayor parte de su existencia ha estado dedicada a la actividad ganadera. Hoy en esos 13.000 m2 de terreno se está haciendo realidad un proyecto de presente y futuro, bajo un riguroso plan de obra donde se han respetado al máximo elementos de las construcciones originales. La visión anticipada de los propietarios se ha materializado en un espacio impecable de estilo andaluz con influencia británica.



Las instalaciones reparten el espacio entre zona de ocio, con bar, terraza y parque infantil, para que las familias al completo tengan distintas opciones mientras cualquiera de los miembros esté asistiendo a clases. Las cuales se imparten en una doble pista unida a manos de dos monitores altamente cualificados. Y junto a la pista se encuentran los paddocks, perfectos para quienes deseen el pupilaje en libertad. Aunque el club también ofrece la opción de hacerlo compartido con los boxes –un total de 40-, que se distribuyen entre la zona más antigua de la finca y que han sido sometidos a una regeneración integral, manteniendo la solera que le da su antigüedad y los boxes de las nuevas naves, que antes servían como almacén. El cambio es espectacular. En la que le llaman la nave VIP el caballo disfruta de espacio, ventiladores e incluso hilo musical. Además a través de una app, cada dueño puede ver a su caballo en cualquier momento del día a través de las cámaras instaladas. Y al fondo de la nave un guadarnés hecho a medida para que cada socio disponga de un espléndido espacio donde guardar sus arreos. Pintoresca resulta dentro de la parcela la casa del mozo de cuadra, encargado del mantenimiento, la seguridad y el buen estado general de la finca. Y en proceso se encuentra la puesta en marcha de un salón para eventos de carácter privado, con un aforo máximo de unas 100 personas.

Aquel que nació como molino de harina es hoy una gran casa del caballo, conducida de manera impecable, con unos estándares de limpieza y mantenimiento incomparables. Un club pensado para sentirse como en casa y con opciones para todas las edades. Desde los cinco años, los niños pueden formar parte del Pony Club y empezar a entender y amar al caballo. Y con o sin caballo la oferta es sólida y variada, con clases de doma, de saltos y fascinantes rutas por el campo.

El nuevo Club Molino de Fuego es un proyecto con carácter y visión de futuro. Un entorno en el que es imposible no rendirse ante todo aquello que se mueve y se proyecta en torno al caballo. Una finca en la que aprender y disfrutar en familia rodeados de naturaleza, para seguir construyendo el argumento de un club que hará historia.

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