Mark Fenwick y Javier Iribarren

Mark Fenwick y Javier Iribarren lideran el estudio de arquitectura con mayor proyección nacional e internacional en la actualidad. Son el matrimonio profesional perfecto desde su unión a principios de los 90, cuando sin previo reparto de competencias cada uno comenzó a desarrollar las responsabilidades del área que mejor se les daba.


“Todo empieza con un lápiz y un papel en blanco”, nos decía Mark desde su adorada Sotogrande. Y a partir de ahí no hay secretos inconfesables. Ser brillante es  la consecuencia de “mucho trabajo y un poco más, hacer más de lo que hacen los demás. Sentir pasión por lo que haces, porque eso se transmite a las personas y te aporta tenacidad y una dirección. Y mantenerse joven de cabeza, porque en la arquitectura tiene que haber frescura”.

Fenwick Iribarren  Architects se ha convertido en referente mundial en el diseño de estadios de fútbol e instalaciones deportivas de alto nivel, edificios de altura, complejos de oficinas, centros comerciales y viviendas. Las características de sus proyectos se sustentan sobre el concepto por ellos acuñado `Blue Architecture´, que prioriza la importancia del diseño sostenible para garantizar el bienestar de las personas. Algo que también les ha valido para convertirse en asesores de la UEFA en la construcción de instalaciones deportivas calificadas de 5 estrellas y les ha llevado a ser autores del libro `UEFA Guide to Quality Stadiums´, publicado en seis idiomas y pensado para asesorar mediante pautas concretas el diseño y la construcción de un estadio desde el inicio hasta su apertura.

Como en toda historia de éxito, no todo ha sido un camino de rosas. Cuando el derrumbe económico en 2008 y la paralización absoluta del sector, Mark nos contaba que decidieron salir a explorar el resto del mundo. “Hemos pasado épocas muy difíciles”, nos reconocía este arquitecto inglés criado en Torremolinos. Pero su actitud positiva y su buen olfato para las relaciones públicas, le hizo inspirarse en el sentido que en china se le da a la palabra crisis –compuesta por dos símbolos: uno significa peligro y el otro, oportunidad- y así abrir nuevas puertas. 

De esta manera llega a Qatar, la entonces olvidada. Fenwick consigue entablar buenas relaciones con el príncipe heredero y comienzan a trabajar. El primer encargo es algo inusitado, un camellódromo. Así, bajo las necesidades que le expone el príncipe, Mark Fenwick y su equipo diseñaron el Cameldrome de Doha, primero en el mundo.

Las relaciones con Qatar siguen floreciendo de cara al Mundial de Fútbol 2022 y consiguen un hito nunca antes alcanzado por otro estudio de arquitectura. De los ocho estadios previstos para la competición mundial, Fenwick Iribarren Architects se ha adjudicado mediante concurso público tres de ellos.

El primero es el Estadio Qatar Foundation. El cometido era hacer un estadio y un complejo deportivo integrado en el mismo campus universitario. El proyecto cumple con los requerimientos de la FIFA y de otras prácticas deportivas, con pabellones interiores con piscinas, tenis, polideportivo y campo de golf. Además de potenciar la idea de convertirse en el punto de encuentro social de la ciudad.

El segundo es el Estadio Al Thumama. El diseño está inspirado, a petición del príncipe, en el Al Gahfiyah, gorro que llevan los árabes jóvenes como símbolo de la juventud. El objetivo es que este estadio se convierta en un referente dentro de los edificios deportivos de Qatar y un legado cultural que, tras el Mundial, acogerá un pabellón multideportivo, un centro acuático, un Boutique Hotel, una mezquita y un centro de entrenamiento para dos equipos de fútbol locales.

Y el tercero de los estadios en manos de los españoles es el Ras Abu Aboud, que ha generado una gran repercusión mundial y ha dado una vuelta de tuerca al diseño, la construcción y posterior uso de este tipo de infraestructuras. Se ha convertido en el primer estadio desmontable, transportable y reutilizable del mundo. Nos contaba Mark, que pensando el resolver el problema de la gran inversión económica que conlleva la construcción de los estadios para grandes competiciones deportivas y que después quedan abandonados, se acordó de los circos de toda la vida y se preguntó: “qué se puede transportar, pues los contenedores de los barcos”.  De ahí que Ras Abu Aboud esté compuesto por unos 1.500 contenedores y una gran estructura que, terminado el Mundial, se podrá desmontar y empaquetar a modo de un Lego gigante para ser trasladado a otro destino de cara al siguiente mundial.

Actualmente los tres estadios están en plena construcción pero mientras, Fenwick Iribarren continúan con más proyectos. Este año vuelven a retomar con algunos cambios, el nuevo estadio del Valencia C.F., uno de los más grandes de Europa. Y en su haber además del estadio del RCD Espanyol, también tienen el Estadio Nacional de Noruega y un extenso catálogo de proyectos arquitectónicos de distinta tipología a nivel nacional e internacional.

Pero la joya de la corona de este estudio en nuestro país es hoy Espacio Caleido, la quinta torre en Madrid Business Area o “una escultura grande”,  como Mark prefiere denominarla. Un ambicioso proyecto – de 160 metros de altura-,  que cambiará el skyline de Madrid  y viene a cerrar la herida en un espacio donde un antiguo proyecto de un Centro de Congresos quedó sin concluir.

Aquí los retos apuntaban en varias direcciones. La distribución en forma de T invertida -único en el mundo- soluciona a la perfección el condicionante de la cimentación preexistente, que se ha aprovechado para dotar al complejo de tres niveles de aparcamiento. Caleido, como cuenta Mark, se ha concebido como un lugar en el que pasan muchas cosas durante el día y la noche. Su torre vertical albergará el Instituto de Empresa, un campus universitario con plazas, dobles alturas y espacios de interrelación social con magníficas vistas a la sierra madrileña. El edificio horizontal, rodeado de zonas verdes, acogerá el hospital deportivo Quirón. Y para completar esa intención de multifuncionalidad, la zona comercial y todo el entorno ofrecerán un espacio dinámico y ecléctico.

Este gran y esbelto monumento al conocimiento cumple con las bases del tipo de arquitectura que defiende Mark y su compañero Javier. “es una arquitectura que humaniza el entorno, porque los proyectos tienen que estar pensados para el lugar en el que están y para las personas”, afirmaba Mark. Con la idea de “crear ciudad” y atendiendo a los requisitos de sostenibilidad con los últimos avances tecnológicos, Mark y todo su equipo harán realidad la creación no sólo del monumental edificio, sino de calles, plazas y zonas verdes que fomentarán la integración urbana y social de la zona norte del Paseo de la Castellana.

Ya desde el principio nos lo decía Mark, la clave está en trabajar, sorprender y no perder la pasión. Una vehemente entrega profesional que no decae y les viene siendo reconocida a nivel mundial. Sirva de ejemplo estas palabras de Mark: “cuando te dan un premio es algo muy especial, porque no lo esperas y cuando es un reconocimiento de alguien de tu profesión es como decirte gracias por haberlo hecho”.

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