RUIZ DE LA LINDE, el restaurador de Málaga

Rafael Ruiz de la Linde es uno de los mejores profesionales de la restauración y conservación del patrimonio de España. Pero detrás de esta grandilocuente tarjeta de presentación encontramos un antequerano afable y discreto que ha sabido transformar sus innatas cualidades manuales y artísticas en su vocación y su trabajo.

Así, de artesano en la fabricación de faroles, de farolero, pasó a estudiar la carrera de Bellas Artes donde se especializó en la restauración del patrimonio.

Reconoce abiertamente que no lo sabe todo, ese reconocimiento, que no es otra cosa que un reflejo de inteligencia y humildad, le ha llevado a rodearse de los mejores en cada campo. En “Chapitel Conservación y Restauración”, empresa fundada por él, trabajan más de quince personas, cada una de ellas especialista solvente y reconocida en la conservación del patrimonio mueble e inmueble.

Además, y como quiera que el trabajo de restauración requiere hoy en día una tarea previa de información histórica y conocimiento profundo de la obra a tratar, ha trabajado en estrecha colaboración con distintos organismos y entidades públicas y privadas, como Universidades o la propia Junta de Andalucía.

Como él mismo dice, en España había una cierta tendencia a centrar la labor restauradora en los bienes muebles, con cierto desconocimiento y olvido de los bienes inmuebles. En esto Rafael ha sido pionero. Sus intervenciones en inmuebles parten de un estudio detallado de los materiales utilizados en su construcción, así como de un meticuloso y ordenado programa de actuación.

Aunque ha realizado trabajos en toda España quizás los mas espectaculares y delicados han sido en Málaga.

Así, y entre otras muchas actuaciones, él y su equipo lograron extraer, para después de su estudio y consolidación, volver a recolocar nada menos que veinticinco metros de la muralla que se encontraba en el antiguo arrabal de Málaga, así como una balsa del S.II y varias tumbas del S.V. como consecuencia de la ampliación del Aeropuerto de Málaga.

En el año 2008 desmontaron, trasladaron y volvieron a montar las chimeneas de dieciocho metros de altura que se ubicaban en el barrio del Perchel, trabajos imprescindibles para la construcción del aparcamiento que se ubica en dicha zona.

A este pequeño botón de muestra han seguido multitud de actuaciones en monumentos y emblemáticos edificios malagueños, como la Plaza de Toros, la Fuente de las Tres Gracias, la de la Gitanilla o el propio Conservatorio María Cristina.

Pero quizás, una de las intervenciones más significativas para el pueblo malagueño ha sido la restauración de la estatua del Marqués de Larios, obra de Mariano Benlliure, probablemente la obra escultórica urbana más significativa de la capital de la Costa del Sol. En el año 1931 dicha imagen fue arrancada de su pedestal y arrojada al mar en los disturbios posteriores a la proclamación de la Segunda República. Allí estuvo hasta 1941. Por tanto, las patologías que presentaba eran muchas y graves. Para su intervención ha estado en estrecho contacto con la Fundación Benlliure y con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La Málaga luminosa y mediterránea, inteligentemente ordenada en estos últimos años, debe mucho a la labor callada de nuestro protagonista, Rafael Ruiz de la Linde.

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