Ona Carbonell

“LAS MEDALLAS ME HAN PERMITIDO SER ALTAVOZ PARA VISIBILIZAR LAS BARRERAS DE LA MATERNIDAD EN EL DEPORTE”
Ona Carbonell nos cuenta cómo los valores del deporte y su “personalidad atrevida” les permite combinar sus facetas de deportista de élite y de madre, e involucrarse en otros proyectos, como su documental y su reciente colaboración con el COE. Y lo pudimos comprobar, tras llegar de Málaga y recoger a su hijo, Ona habla con KE Magazine en una extensa conversación que nos demuestra que no para.

El deporte español en nuestro país tiene nombre de mujer: Ona Carbonell.  Una leyenda de la natación sincronizada, con 23 medallas a sus espaldas, es la deportista más laureada de la historia de los mundiales. Y se ha convertido en una voz autorizada para romper las barreras de la maternidad en el deporte. 

Olimpista, valiente, vitalista y luchadora, con una personalidad que le ha valido para abrirse camino en otros ámbitos.  Su carrera no sólo se mide en triunfos, es una carrera llena de esfuerzos. 

Deportista de élite, emprendedora, madre, inquieta, atrevida… ¿Qué hay de aprendizaje de esa disciplina y del esfuerzo del deporte y qué de esa personalidad innata?

Desde pequeña me di cuenta, ya en competición -llegó a la selección con 14 años-, de que éramos un ejemplo para muchas niñas y niños y que nuestra tarea no era sólo conseguir medallas, sino ser un ejemplo en la piscina, en casa, ser humilde, puntual, en la educación y en el trabajo en equipo. Todo ello era igual de importante que conseguir medallas y empecé a entender que yo misma era mi pequeña empresa y que el deporte tenía una fecha de caducidad temprana, a diferencia de otras profesiones, y que tenía que ir trabajándome fuera del agua. 

Por eso he sido siempre atrevida y he tratado de no tener miedo al fracaso, entendiéndolo como aprendizaje constante, y el deporte aquí ha tenido muchísimo que ver. Los valores de constancia, disciplina, esfuerzo son valores que te van curtiendo. Es un mundo en el que te caes y te vuelves a levantar. De ahí que siempre intento aprender de otros mundos, de otras personas, ambientes y de otras situaciones.

Y has llevado tu atrevimiento y valentía a otros ámbitos.

Salir de mi zona de confort me hacía mejor deportista, más resolutiva y con más tablas para conseguir mis objetivos. Desde Masterchef, a conferencias, el documental “Empezar de nuevo” o ser imagen de la campaña de Nike me ha ido curtiendo como deportista y persona, me ha hecho competir mejor, entrenar mejor y entender más de qué va la vida. Por eso he sido atrevida siempre, aunque he hecho cosas mal y me he caído en el camino, siempre me ha ido preparando.

De hecho comentaste en una entrevista que “Todo lo que crezca fuera del deporte me hará ser mejor deportista y mejor persona” .

Es que de todo podemos sacar algo, salir de tu zona de confort es importante. A veces me preguntan que de dónde saco la energía para todo, pues porque creo que todavía puedo aprender mucho de las personas, cuando conozco otros mundos me asombro. Por ejemplo, Masterchef fue muy duro pero muy enriquecedor, es un mundo que jamás me había planteado y aprendí muchísimo. 

Además de ser un ejemplo de los valores del deporte, de abrirte a nuevos mundos, está la Ona solidaria que trabaja para romper las barreras de la maternidad en el deporte

El mundo de la maternidad me despertó muchas cosas y me di cuenta de que la conciliación está cogida con pinzas. Fui viendo que en el mundo del deporte la maternidad no estaba bien adaptada, ni solucionada y desde mi posición privilegiada, ya que conté con todo tipo de ayudas, me di cuenta de que hay muchas profesiones que se lo ponen muy difícil a las mujeres.

Una implicación que te llevó incluso a abrir tu vida personal en un documental.

Soy una persona muy celosa con mi vida privada, de hecho a la propuesta del documental le dije tres veces que no, pero luego me di cuenta de que desnudándome podía ayudar al deporte y a las mujeres. Me di cuenta de que tenía un altavoz muy importante que podía usar para visibilizarlo.  

Cuando hice la reivindicación de la lactancia en los Juegos Olímpicos de Tokio, todos los medios se hicieron eco. Vi que tenía una posición muy importante para poder reivindicar, que los deportistas somos un ejemplo para muchas personas y que podemos utilizar nuestro potencial para visibilizar cosas importantes. De ahí, y de todas las conversaciones que mantuve con el Comité Olímpico Español y con su presidente Alejandro Blanco, surgió la idea de hacer algo a este respecto. Así nació la Jornada de «Maternidad y Deporte», que se celebró el pasado 8 de noviembre, y estamos también creando un departamento de maternidad y deporte en el COE para facilitar el camino a las deportistas que quieran ser madres.

¿Cómo fue la Jornada? ¿Cómo la viviste?

Fue una experiencia genial. Asistieron muchos entrenadores, jueces, familiares, deportistas, federativos… y me sorprendió gratamente ver a tantos hombres en la sala y ver a los entrenadores con motivación e interés para poder gestionar este tema y para facilitar a las jugadoras que quieran ser madres. 

Además en esta Jornada participó mi equipo más cercano, que me había ayudado a mis objetivos de los Juegos de Tokio. Con quién trabajé toda la parte de suelo pélvico, mi doctora, mi preparador físico, mi asesora de lactancia, también Malas Madres, que son muy potentes a nivel social, y cada uno habló de su parcela. En 4 horas tenías una pincelada 360º de cómo va esto de la maternidad y deporte.

Seguramente necesitemos más cursos, sobre todo para abordar la parte burocrática, becas, cómo gestionar algunos temas.

En general salimos muy contentos y la idea es que, a partir de aquí, trabajemos a fondo para crear el departamento de maternidad y deporte y también estamos trabajando para hablar con el Comité Olímpico Internacional para poder trabajar en los próximos Juegos Olímpicos de París. 

Lograr poner el foco en este tema, como has hecho, debe ser como una medalla más para ti.

A las medallas les he dedicado mucho esfuerzo y muchísimo tiempo y gracias a ellas he podido hacer cosas que éticamente, y a nivel emocional y social, son muy importantes para mí. Es muy motivante.

¿Qué se necesita cambiar para que maternidad y deporte de élite no sean incompatibles?

Mi objetivo es justo visibilizar y explicar que no hay que renunciar al deporte para ser madre y que tampoco hay que renunciar a la maternidad para ser deportista de élite. Que las deportistas no sientan ese miedo a tener que parar su carrera o a renunciar a ser madres. Hay muchas deportistas que han sido madres y han continuado en el deporte, pero no se ha visibilizado. Y es necesario visibilizarlo. 

Se necesitan medidas muy específicas como horarios diferentes, entrenamientos específicos, reglas diferentes, becas especiales para las deportistas… Se trata de crear medidas que den opciones a las mujeres porque su cuerpo es su herramienta de trabajo. En mi caso, la confianza de mi entrenadora fue clave, también lo fue la parte económica, el apoyo de mi familia. Yo tuve muchas facilidades en comparación con la sociedad. Hay que cambiar muchas cosas en todos los sentidos. 

Ahora tienes otro hijo más y se aproximan nuevas olimpiadas

Aún no tengo claro si iré a los próximos Juegos Olímpicos, pero sí tengo claro que seguiré en el deporte y vinculada a él, en este caso con todo lo que tiene que ver con la maternidad, los valores del deporte y del olimpismo porque es mi vida y quiero seguir trasladándolo en forma de medalla o de otra cosa. 

El sentimiento de culpabilidad es algo que nos persigue muy especialmente a las mujeres ¿cómo lo gestionas?

Pues estoy en ello, no es algo fácil de gestionar cuando das todo lo que tienes. Uno de los momentos más duros que he vivido fue cuando no pude ir a las Olimpiadas de 2008; aun sabiendo que no iba a ir, estuve luchando hasta el último día porque quería hacerlo a toda costa, aun sabiendo que no iba a estar. Las mujeres podemos hacer todo lo que podemos y más, pero hay que aceptar que no siempre llegamos a todo. Trato de pensar en ello para dar el mejor ejemplo a mis hijos. Obviamente un buen consejo es tener un calendario y muy sincronizado, nunca mejor dicho.

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