Explorando el mundo a través de la cámara. Un viaje fotográfico a Bangladesh

Marisol Martin, propietaria de la boutique Itsomi en La Marina, nos descubre con su cámara Bangladesh, un país de contrastes, donde la riqueza cultural y la calidez humana se entrelazan de una manera fascinante.

La moda y la creatividad están intrínsecamente entrelazadas y, en este contexto, historias de personas apasionadas como la de Marisol resultan siempre inspiradoras. Marisol Martín, conocida en Sotogrande como «Marisol de Itsomi”, destaca por su estilo y ojo para adelantarse a las tendencias. Es propietaria de la boutique Itsomi en La Marina y, además, colabora en nuestra sección «Ke Estilo». Sin embargo, su verdadera pasión se desvela a través de la lente de su cámara.

Con un espíritu viajero y con una sed insaciable por fotografiar miradas, paisajes e imágenes, Marisol se aventura a viajar por todo el mundo, capturando la esencia de la vida a través de las caras, luces y colores que encuentra en su camino. La fotografía le abre puertas hacia lugares que nunca iría solo por hacer turismo. No toma en consideración el origen, creencias o estatus social de aquellos a quienes fotografía. Para ella, frente a su cámara, todos somos seres humanos. Capturar una sonrisa es lo que realmente la llena de felicidad.

Marisol se sumergió en su formación fotográfica en la UFCA, complementando su aprendizaje con varios cursos especializados, con el firme propósito de materializar su sueño: emprender un viaje fotográfico por toda la India. Este anhelo se convirtió en una realidad que abrió las puertas a más aventuras visuales que la llevaron a destinos como Vietnam y Camboya, entre otros.

El último episodio de su viaje fotográfico la llevó a Bangladesh, un país de contrastes, donde la riqueza cultural y la calidez humana se entrelazan de una manera fascinante. En una tierra donde la diversidad se manifiesta en cada rincón, Marisol se embarcó en una travesía para documentar la autenticidad y la singularidad de este lugar. Bangladesh, con sus bulliciosos bazares, coloridos saris, y la vitalidad de sus calles, ofrece un telón de fondo perfecto para su objetivo. Sus fotografías capturan la vida cotidiana con sonrisas que narran historias, miradas que reflejan sabiduría y colores que dan vida a la rutina diaria. Su pasión por la fotografía va más allá de lo superficial, es un intento por capturar la humanidad en su forma más auténtica. En cada imagen resalta la conexión humana, la alegría en la simplicidad y la belleza que reside en la diferencia.

En cada clic de su cámara, Marisol nos recuerda la importancia de ver la belleza en lo inesperado y la alegría en lo cotidiano. Su viaje a Bangladesh es solo un capítulo en su odisea fotográfica, pero deja una huella de inspiración para aquellos que buscan descubrir la magia en las caras y colores que conforman nuestro mundo.

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